Pobre de mí. No sé de medidas para tratar lo que siento. Se me anudan los párrafos en la boca del estómago. Y vomito un par de palabras que, de manidas, suenan a nada. Lo reconozco. Me escondo tras media sonrisa que no es verdad. Ni mentira. Para no decirte que si te vas se me caen las paredes encima. Que mi cordura es limítrofe a tu ausencia. Que me falta el talento para escribirte como mereces. Me voy a coser los labios. Para no ponerle nombre al regalo de tu presencia y quedarme corta otra vez. Juro que no sacaré las manos de los bolsillos. Calentar tus dedos entre los míos es mi única función en la vida. Ahora. Hacerte sonreir. Después. Curarte las heridas con la sal de mis lágrimas. Si es preciso. No creo que lo sepas. Son tus ojos quienes redactan mi oda a la vida.
Escrito por TrippY a las 24 de Enero 2006 a las 04:10 PMTodo el talento del mundo no es bastante para decir lo que uno siente... pero el acto de intentarlo también dice algo, y tus "intentos" no son poco buenos. Seguro que esa persona lo agradece mucho.
Escrito por HenryKiller a las 25 de Enero 2006 a las 12:52 PM"Calentar tus dedos entre los míos es mi única función en la vida."
Precioso. Es una de las frases que me encantaría oir...
a veces no podemos dar nombre a las cosas. A veces son las cosas las que nos acaban nombrandonos. Al fin y al cabo, las palabras no son importantes si sabemos lo que queremos decir...
Escrito por aina a las 30 de Enero 2006 a las 01:24 AMSigue encogiendoseme el estómago con cada una de tus palabras.
Un abrazo y suerte
HenryKiller: por suerte lo agradece, sí. Muy cierto aquello de que el talento se queda corto siempre ante tamaña misión. Abrazos.
Migae: asias... :$
Aina: y sabiéndolo ¿cómo somos incapaces de comunicarlo? Es una cuestión que me trae de cabeza. Saludos :)
Sly: sabes que es más que mutuo. Besos a mi alma gemela en tierras extrañas ;).
Escrito por Trippy a las 13 de Febrero 2006 a las 03:32 PM