Decías que no se te daba bien cerrar el frasco de los sentimientos. Que terminaba por desbordarse antes de enroscarle la tapa. Me preguntabas cómo carajo me las arreglaba para mantenerlos a raya. Si no me dolían las venas cuando corría por ellas sangre helada. Y te sonreía inocente detrás de una Mahou en la oscuridad de aquel bar. La camarera rubia nos adoraba. Supongo que no abundan las conversaciones filosóficas los viernes a las siete de la tarde. Ahora recuerdo ese tarro. Y me parece mejor idea dejar que se derrame a que estalle dentro inundando todo de cristal. Te recuerdo a ti como el equilibrio que siempre has sido en mi vida. Y ni siquiera tengo cojones para decirte cuanto te extraño.
Escrito por TrippY a las 24 de Enero 2005 a las 02:37 AMDeja que salga, que se derrame, que fluya. Tira la tapa, por si te dan intenciones...
Escrito por Clarice a las 24 de Enero 2005 a las 12:40 PMJuas, puede ser posible, que yo tb haya mantenido ese tipo de conversacciones, tb los viernes, y con una rubia de camarera?? bueno no, ésta era morena, en realidad creo que nos deseaba...
Por cierto, me encanta el cambio de look, me he fijado, y es bonito, sep.... esta noche lo celebramos con un pitti.
Y otra cosilla...los post de esta mes me mola...besitos nena.
P.D. Hace noches que no hablamos, que pasa??? ya no me kieres??
Escrito por May a las 24 de Enero 2005 a las 06:16 PMClarice: he arrojado la tapa al río. Con suerte se irá con la corriente y me evitará tentaciones ;)
May: es posible, sí. Valladolid no es tan grande y puede incluso que coincida el lugar. El "cambio de look" lleva siglos, nena. A ver si limpiamos el monitor... y recuperamos todas esas noches perdidas.
Escrito por Trippy a las 26 de Enero 2005 a las 03:33 PMCosiendo heridas con palabras de filo punzante; se clavan!Como si fuesen escupidas desde una cervatana. Hoy he abierto el correo y cuando he leído tu nombre, una especie de humo gris ha invadido la habitación y después a mí. Estaba cargado de recuerdos que declaraban la guerra a mi cabeza, mientras leía esas letras mis pies y mis manos se quedaban helados; y el tiempo.
El cristal del tarrito es frágil,las personas son frágiles, verdad? En realidad, todos somos transparentes y vulnerables a los sentimientos; imposibles de dejar escapar, sólo se adormecen, invernan (aunque sea en verano). Pero siempre despiertan con un buen café...