31 de Agosto 2004

Estrenando insomnio

4:06 AM. Fumar tanto me ha dejado la garganta de lija. Me levanto de la alfombra a por un par de botellas de agua. Bien fría, a ser posible. Unos ojos aún medio cerrados me miran con incredulidad al cerrar la puerta de la nevera. Sonrisa.

- Buenos días.
- Buenas noches.
- Estás como una moto.
- Ya. - sonrío - Lo asumo.

Cuando vuelvo a mi cuarto se ha consumido el pitillo. Ya no sé si hay mayor relatividad para los que amanecemos con la luz de las farolas. El tiempo juega duro cuando te acuestas con el sol. Y me despista. Aún me ciega demasiado la luz del día. Simplemente la luz. Creo que he encontrado el motivo por el que me escondo si alguien deslumbra. Estoy demasiado cómoda al cobijo de la sombra.

Escrito por TrippY a las 9:06 PM | Comentarios (2)

16 de Agosto 2004

Retazos

Soy incapaz de recordar una noche entera. Por algún extraño capricho del destino. O por las cantidades ingentes de alcohol que soportan mis 52 kilos. De esta última, me quedo con tu cara al verme terminar un porrón yo solita. Puro reflejo de orgullo. Me guardo también el refrescante manguerazo que me llevé en una peña. El recuerdo de aquel que no estaba aunque estuvo. El amanecer tirada en una plaza junto a un macabro retrato de Blancanieves. Las confidencias. Las risas. Los escasos silencios. Puede que sean sólo retazos de una memoria etílica. Pero componen una secuencia semiperfecta que me ayudará, mañana, a recordarte una vez más como artífice de mi felicidad. Caduca quizás. Pero intensa y única.

Escrito por TrippY a las 1:52 AM | Comentarios (3)

11 de Agosto 2004

A caballo

El buzón siempre está lleno de basura cuando vuelvo a casa. Publicidad. La revista Tipo. Cartas del banco. Y entre toda esta patraña sólo merece la pena el calor de una postal. "No sólo los acreedores se acuerdan de mí". Una vez más, consigo cargar la mochila más de la cuenta. Es mi única pertenencia ahora que vivo en ninguna parte. La carretera es una serpiente gris sin cabeza. Las vías un amasijo de espadas sin dueño. El verano siempre ha tenido un orden caótico. Y este ha traído consigo una sensación de desarraigo que me vacía el estómago. No soy de donde vengo. No vivo donde apuro mis escasas horas de sueño. El vacío se torna euforia y dejo de buscar un hogar. Mi único domicilio hoy es este cuerpo al que mi alma fue confinada. Y me encanta.

Escrito por TrippY a las 1:38 PM | Comentarios (2)